lunes, 5 de mayo de 2008

Liz

Liz viaja. Está en la frontera de su cuerpo y de ciudades del mundo. Cuando le preguntan de dónde es o si se considera de ésta o de aquella nacionalidad, responde que es de todas partes. Que alguien le enseñó que es ciudadana del mundo. Ahora está acá, mañana allá y dentro de poco quién sabe.
Liz viajó a Río Rosa para que una "bruja" le leyera el tarot. Ésta le predijo un pronto viaje, un amor confuso pero finalmente feliz y un trabajo exitoso pero trabajoso. Será que habrá que viajar hasta allá para descubrir nuestro fututo.
No sé si la tarotista sabrá o no leer el fututo. Pero a ella, a Liz se la nota feliz. Tiene casi el pasaje listo, el amor a sus pies y en su corazón y todas las condiciones para ejercer su carrera. Es sólo cuestión de empeño. Y de cruzar fronteras de la mano de ese que la hace volar.

Páramo



Fue un camino amigo del viento, testigo de todo, juguete del sol
y el amor que dos mostraron un día...lo guardaré hasta el fin de los tiempos.
Yace aquí el barril de los sueños. Bébelo ya para amarme, no tardes.
En la noche morada, callada de sed...lo vuelvo a recorrer, más a prisa que mi voz,
va a estallar el viento...la oscuridad lo apura...y al soplar
aviva todo los fuegos, los sagrados
¡porque el alba vendrá a renacerme!

Por Ignacio Acevedo