lunes, 5 de mayo de 2008

Páramo



Fue un camino amigo del viento, testigo de todo, juguete del sol
y el amor que dos mostraron un día...lo guardaré hasta el fin de los tiempos.
Yace aquí el barril de los sueños. Bébelo ya para amarme, no tardes.
En la noche morada, callada de sed...lo vuelvo a recorrer, más a prisa que mi voz,
va a estallar el viento...la oscuridad lo apura...y al soplar
aviva todo los fuegos, los sagrados
¡porque el alba vendrá a renacerme!

Por Ignacio Acevedo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bella imagen, profundidad en las letras, conmueve.
Patricia